Infección y detección del VHC
El virus de la hepatitis C (VHC) pertenece al género Hepatitis virus de la familia Flaviviridae y es una infección viral que afecta al hígado. Provoca enfermedades tanto agudas (a corto plazo) como crónicas (a largo plazo) que pueden ser mortales. Actualmente, la prevalencia mundial de la infección por VHC es del 0,7 %, con una prevalencia que varía desde el 2,9 % en Europa del Este hasta el 2,6 % en Asia Central debido a las diferencias geográficas. Existen seis genotipos de VHC. A nivel mundial, el genotipo 1 representa el 46 % de las infecciones por VHC, seguido del genotipo 3 (22 %), el genotipo 2 (13 %), el genotipo 4 (13 %), el genotipo 6 (2 %) y el genotipo 5 (1 %). En Asia, el genotipo 3 (39 %) y el genotipo 1 (36 %) son los más prevalentes.
Entre las diversas hepatitis virales, la hepatitis C es una de las enfermedades hepáticas más comunes y una de las principales causas de cirrosis y cáncer de hígado. A diferencia de la hepatitis B, la hepatitis C es como un asesino silencioso, bueno para camuflarse, causando daños latentes a largo plazo en el hígado, con un fenómeno de tres niveles bajos, es decir, baja tasa de reconocimiento, baja tasa de diagnóstico y baja tasa de tratamiento.
El VHC se transmite principalmente a través de la sangre, el contacto sexual y la transmisión de madre a hijo. En la actualidad, la transmisión sanguínea es el modo de transmisión más importante, y el uso de jeringas y agujas no desechables, instrumentos dentales sin una desinfección estricta, la endoscopia, los procedimientos invasivos y la acupuntura también son formas importantes de transmisión percutánea. Compartir maquinillas de afeitar, cepillos de dientes, tatuajes y piercings en los pendientes también son formas potenciales de transmisión del VHC a través de la sangre. Al igual que otros virus ARN, los genomas del VHC son muy variables, lo que puede causar diferencias en el comportamiento molecular, la infectividad, la patogenicidad clínica y la respuesta a la terapia farmacológica.
La mayoría de las personas infectadas por el virus de la hepatitis C no presentan síntomas específicos evidentes, por lo que la mayoría de los pacientes no saben que tienen hepatitis C. El inicio de la hepatitis C aguda es relativamente lento, puede presentarse falta de apetito, náuseas, vómitos y otros síntomas, el grado es relativamente leve, algunos aparecerán fiebre, así como la piel y el blanco del ojo (esclerótica) amarillentos, el color de la orina se intensifica y los síntomas de ictericia. Los síntomas de la hepatitis C crónica no son obvios y puede no haber síntomas característicos, como fatiga, ictericia, etc. Los síntomas generales se desarrollan lentamente y pueden detectarse durante la donación de sangre o el examen físico. Actualmente, no existe una vacuna contra la hepatitis C, pero se puede tratar con medicamentos antivirales. Por lo tanto, la detección y el tratamiento tempranos pueden prevenir daños hepáticos graves y mejorar la salud a largo plazo.
En la actualidad, el mayor problema de la hepatitis C es el progreso de la investigación de los medicamentos contra la hepatitis C. Para lograr el objetivo de reducir el número de nuevas infecciones por hepatitis C en un 90% para 2030, tratar más del 80% y reducir el número de muertes en un 65%, la tarea sigue siendo muy difícil, y la detección temprana y el diagnóstico temprano de la hepatitis C son urgentes.
La tecnología de detección de anticuerpos del VHC es la primera, más antigua y de mayor aplicación. Desde 1978, cuando Shirachi et al. informaron por primera vez sobre el uso de la inmunodifusión bidireccional, se han encontrado antígenos y anticuerpos específicos del virus de la hepatitis C en el suero de pacientes con hepatitis postransfusional en las etapas aguda y convaleciente, y luego muchos investigadores han utilizado métodos de radioinmunidad (RIA) e inmunidad ligada a enzimas (ELISA) para encontrar antígenos y anticuerpos específicos del virus de la hepatitis C.
La tecnología de detección de anticuerpos del VHC después de más de diez años de intentos continuos para mejorar los métodos de detección efectivos, y el posterior desarrollo de ELISA, sándwich de doble antígeno, Western blot recombinante (RIBA), detección de chip de proteína, ensayo inmunoabsorbente ligado a enzimas indirectas, inmunocromatografía y ahora el método de quimioluminiscencia convencional y otros métodos de detección.
La prueba de anticuerpos contra el VHC es adecuada para la detección en poblaciones de alto riesgo y también se puede utilizar para la detección primaria de personas infectadas por el VHC. Los anticuerpos contra el VHC son producidos por las células inmunitarias del cuerpo en respuesta a la infección por el VHC. Los anticuerpos circulan en la sangre y suelen detectarse. Los anticuerpos contra la hepatitis C no tienen ningún efecto protector en el cuerpo, y un anticuerpo contra la hepatitis C positivo no significa necesariamente que usted tenga hepatitis C. La presencia del virus de la hepatitis C en la sangre determina si usted tiene hepatitis C, por lo que los anticuerpos contra el VHC son el principal indicador de si usted ha sido infectado por el VHC.
WIZ ha desarrollado de forma independiente elKit de análisis de anticuerpos contra el virus de la hepatitis C (inmunocromatografía fluorescente), que puede detectar de forma rápida y precisa los anticuerpos del VHC en la sangre, lo que ayuda a los médicos a realizar una evaluación y un diagnóstico preliminares de los pacientes y a tomar las medidas de tratamiento adecuadas a tiempo. El kit tiene las ventajas de un funcionamiento sencillo, resultados fiables, alta sensibilidad y alta especificidad, y es una de las herramientas de detección más utilizadas en la práctica clínica. Mediante la detección oportuna de los anticuerpos del VHC, se puede prevenir y controlar eficazmente la transmisión de la hepatitis C y se puede garantizar la salud de las personas.
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