Un estudio reciente ha arrojado luz sobre la importante aplicación clínica de las pruebas de calprotectina fecal en el campo de la detección del cáncer colorrectal. La calprotectina fecal, una proteína asociada con la inflamación intestinal, ha demostrado ser un biomarcador valioso para la detección temprana y el seguimiento del cáncer colorrectal.

En las primeras etapas del cáncer de colon, los pacientes pueden experimentar cambios en la forma de las heces, hábitos intestinales anormales o hemafecia. Muchas personas piensan que se trata simplemente de un problema digestivo común o lo confunden con hemorroides y no se examinan ni tratan a tiempo.

Después de los 50 años, el riesgo de padecer tumores colorrectales empieza a aumentar, por lo que no es difícil entender que el grupo de edad de más de 50 años sea el “grupo de riesgo clave” del cáncer colorrectal. Sin embargo, en los últimos años se ha constatado que la incidencia del cáncer colorrectal entre los jóvenes está aumentando paulatinamente.

Las enfermedades inflamatorias intestinales tienden a fluctuar y requieren evaluaciones de seguimiento periódicas. Si bien la endoscopia es el método de evaluación más preciso, el uso frecuente de esta medición invasiva y más costosa es difícil de aceptar para los pacientes.

Los niveles de calprotectina fecal se pueden medir para determinar cuándo se sospecha que se tiene EII o cuándo es necesario monitorear a los pacientes con EII.

La calprotectina pertenece a la familia de proteínas S100 y es una proteína heterocigótica que se une al calcio con un peso molecular de 36 kDa.

La prueba de calprotectina se ha venido utilizando gradualmente en aplicaciones clínicas en el campo de los trastornos gastrointestinales funcionales (TFGI).

La calprotectina, una proteína presente en las heces, está surgiendo como una herramienta valiosa en el campo de la enfermedad inflamatoria intestinal (EII) pediátrica. Un estudio reciente ha demostrado que la medición de los niveles de calprotectina en niños puede ayudar en el diagnóstico y el seguimiento de la EII, incluida la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.

La prueba de calprotectina está demostrando ser de gran utilidad en el campo de la gastroenteritis pediátrica, en particular para diferenciar entre causas bacterianas y víricas. Un estudio reciente destaca el valor de la aplicación de la prueba de calprotectina para distinguir entre gastroenteritis bacteriana y vírica en niños.

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